4 pasos para solucionar los problemas matrimoniales antes de que sea demasiado tarde

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Las parejas suelen acudir a un psicoterapeuta con la pregunta de cómo solucionar los problemas matrimoniales antes de que sea demasiado tarde. En algunos casos, por desgracia, ya es demasiado tarde. Pero para muchos, mientras recuerden los mejores momentos que compartieron juntos, hay esperanza. Esperanza no solo de salvar el matrimonio, sino de transformarlo en lo que imaginaron como la relación ideal al dar sus votos. Entonces, ¿cómo salvan estas parejas su matrimonio de la ruina? Aquí tienes cuatro pasos que debes seguir si intentas solucionar los problemas matrimoniales antes de que sea demasiado tarde.
Enumera todos tus problemas, pero céntrate en tu papel en ellos
Todas las parejas pelean. Quienes nunca discuten probablemente tienen un serio problema de falta de franqueza. Pero, para la gran mayoría de quienes discuten ocasionalmente, hay maneras adecuadas e inadecuadas de abordar los problemas. Así que, llegados a este punto, necesitas usar tus problemas y convertirlos en una ventaja.
¿Cómo lo haces? Para empezar, haz una lista. Anota todos los problemas por los que discuten, o por los que estarían discutiendo (si no hubieras evitado mencionarlos por miedo a discutir). Y sé lo más honesto posible, ya que esto podría marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Un aspecto muy importante de este proceso será que te concentres en tu propio papel en estos problemas. No decimos que sea tu culpa, para nada. Pero, en esta etapa, comenzarás a aprender otra habilidad importante: dejar de culpar a los demás y concentrarte en lo que puedes controlar y mejorar. En otras palabras, cada miembro de la pareja debe aprender a enfocar sus esfuerzos en sí mismo para que el proceso tenga posibilidades de éxito. Culparse mutuamente por los problemas y no asumir su parte de culpa podría muy bien ser una de las razones por las que el matrimonio llegó a este punto.
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Aprenda a comunicarse de manera constructiva
Con lo último dicho, viene la siguiente parte del proceso: resolver los problemas matrimoniales en cuatro pasos: la comunicación constructiva. Los matrimonios tienden a fracasar porque la proporción entre interacciones positivas y negativas es demasiado estrecha (o prevalece lo negativo). Culpar, gritar, insultar, sarcasmo, ira y resentimiento, todo esto cae en la segunda categoría, y debe eliminarse.
¿Por qué? Además del enorme potencial que tienen los comentarios sarcásticos y la hostilidad abierta para arruinar la confianza y la disposición del receptor a mostrar afecto, son totalmente poco constructivos. No dicen nada sobre cómo te sientes ni lo que quieres; no resuelven nada. Mientras sigan ladrando, están desperdiciando el tiempo que podrían haber dedicado a resolver los problemas matrimoniales.
Así que, en lugar de usar ese enfoque tan poco práctico para tu tiempo y tu relación, intenta expresarte de forma efectiva. Sí, puede que necesites practicar y cambiar significativamente tu forma de comunicarte con tu pareja. Pero lo que hacías hasta ahora no funcionaba, ¿verdad? Lo que deberías hacer es usar la siguiente plantilla siempre que se trate un tema delicado: expresa tus sentimientos, expresa tu preocupación y percepción de las cosas, sugiere una solución y pide la opinión de tu pareja sobre la solución propuesta.
Eliminar los principales obstáculos para llegar a un acuerdo
Después de abordar las discusiones diarias, deberías centrarte en los principales obstáculos para tu matrimonio. Estos suelen ser la ira, el adulterio y las adicciones. Muchos matrimonios no superan estos graves problemas. Pero los que sí lo hacen, lo hacen poniendo fin a su matrimonio y comenzando uno nuevo. Uno nuevo con la misma pareja, pero sin esos hábitos tan dañinos.
Trabaja en los aspectos positivos de tu matrimonio
Cuando un matrimonio llega a un punto sin retorno, donde los cónyuges deben decidir si seguirán por el mismo camino o cambiarán, la mayoría de las parejas ya han olvidado por completo lo bueno de su relación. Han caído en el abismo de la amargura y la ira.
Sin embargo, si quieres salvar tu matrimonio, necesitas recordar sus aspectos positivos. Y más aún, necesitas concentrarte por completo en ellos. Debes esforzarte por eliminar todos los problemas antiguos y desgastados y empezar de cero, basándote en las fortalezas de tu matrimonio.
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