¿Qué hay en las raíces de los conflictos maritales?

Puntos clave
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Es una vieja sabiduría, pero todo es cierto: todas las familias felices se parecen, mientras que cada una de ellas es infeliz a su manera. En otras palabras, hay innumerables causas de conflictos matrimoniales y miles de formas en las que afectan la relación. Sin embargo, una cosa parece ser una verdad común, y es que la mayoría de los conflictos matrimoniales podrían resolverse fácilmente si tan solo la pareja pudiera encontrar la causa raíz de la disputa. Sin embargo, ¡esto no es tan simple como parece!
¿Por qué luchamos... en serio?
El primer paso para entender cualquier conflicto que puedas tener con tu cónyuge es darte cuenta de que es posible que en realidad no estés discutiendo sobre quién va a sacar al perro a pasear. Puede parecer banal señalárselo a algunos, pero es sorprendente la cantidad de personas casadas que simplemente no parecen darse cuenta de lo que realmente les preocupa. Es posible que la pelea se esté librando en torno a un tema que no tiene nada de emotivo (como la cuestión puramente técnica de quién va a sacar al perro a pasear). Sin embargo, en un matrimonio, ninguno de los temas está exento de emociones. Después de todo, es una relación efectiva, y todo lo que hacemos está entrelazado con innumerables emociones que a menudo no tienen mucho en común con el tema de la conversación. Por ejemplo, la esposa puede sentir que el esposo no se preocupa lo suficiente y que no aprecia lo mucho que ella hace por la familia a diario. Y el esposo, por otro lado, puede sentir que, después de un día de trabajo, se merece que lo mimen un poco en lugar de que su esposa le dé órdenes.
Se podría pensar que superar el hecho de que no nos aprecien, que no nos cuiden —en resumen, superar todas las emociones que realmente sentimos cuando nos peleamos por las tareas diarias o por problemas más complicados— sería suficiente y disfrutaríamos de un merecido «felices para siempre». Sin embargo, en la práctica, esto no ocurre tan a menudo. La razón radica en los fundamentos aún más profundos de casi cualquier conflicto matrimonial: en nuestras creencias sobre nosotros mismos, nuestros cónyuges, la institución del matrimonio y la familia, la naturaleza de las relaciones emocionales. La raíz de nuestra insatisfacción y angustia está en nuestras creencias conscientes o inconscientes, y en las emociones que estas rígidas construcciones cognitivas evocan en nosotros.sentimientos de resentimiento
Entonces, ¿cómo podemos vivir felices para siempre?
Esta idea de que lo que determina cómo reaccionamos ante lo que experimentamos, lo que vemos y oímos son nuestras creencias que se interponen entre el evento y nuestras emociones, se atribuye al creador de una escuela de psicoterapia, a Albert Ellis, quien desarrolló la Terapia Conductual Emotiva Racional (REBT). A diferencia de lo que solemos creer, rara vez reaccionamos ante la situación en sí misma; más bien, reaccionamos ante lo que pensamos acerca de lo que significa la situación. En otras palabras, la verdad es que no nos caemos en pedazos porque nuestro cónyuge nos pida que saquemos la basura o porque no le guste la cena que preparamos durante 4 horas cerca de la estufa caliente. A veces parecemos reaccionar de forma exagerada ante este tipo de incidentes debido a nuestras profundas convicciones de que, digamos, nuestra pareja debería estar encantada con cada pequeña cosa que hacemos, de lo contrario, el romance está muerto. O esperamos que nuestro cónyuge nos apoye incondicionalmente, por lo que cuando critican algo que hicimos, lo interpretamos como una señal de indiferencia o incluso de odio.
Vea también:¿Qué es un conflicto de pareja?
Algunas de estas creencias son racionales y tenemos derecho a esperar que se cumplan. Sin embargo, incluso con esas creencias, debemos ser conscientes de ellas y comunicar nuestras necesidades y expectativas de manera asertiva. Pero, la causa común de los conflictos matrimoniales repetitivos son las creencias irracionales sobre cómo deberían ser nuestras parejas y cómo deberían ser nuestras. Por ejemplo, muchas personas esperan inconscientemente que sus cónyuges las amen y las apoyen en cualquier circunstancia, independientemente de cómo se comporten. Entonces, cuando esto no sucede, se sienten enojados, frustrados, rechazados...vida matrimonial
Ahora, ¿qué es lo que podemos hacer al respecto? Incluso las creencias más irracionales pueden ser difíciles de olvidar. Sin embargo, lo que podemos hacer es primero tomar conciencia de aquellos que tienen la influencia más destructiva en nuestro matrimonio. Cuando lo hagamos, como nos enseña la REBT, podemos empezar a reemplazarlos por un conjunto de convicciones más racionales. Así que, la próxima vez que tengas una reacción demasiado intensa ante lo que podríamos llamar una nimiedad, desafía tus creencias, reflexiona sobre lo que crees que significa el comportamiento de tu cónyuge que te provoca enfado o tristeza. Pregúntate qué tan racionales son estas creencias y esfuérzate por cambiarlas. Porque la forma en que manejamos los conflictos matrimoniales a menudo determina la calidad de todo el matrimonio.
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