¿Tu cónyuge se está pasando de la raya? Aquí te explicamos cómo saberlo.

Conclusiones clave
Resumen rápido de la IA de Marriage.com
Casi todas las personas con las que trabajo me comentan que tienen dificultades en sus relaciones. En el mejor de los casos, las relaciones son desafiantes y conllevan dificultades inherentes. Requieren atención y trabajo constantes. Muchas mujeres se preguntan si su esposo simplemente "es humano" con sus dificultades y hábitos habituales o si se están pasando de la raya al actuar de ciertas maneras.
Es importante discernir entre ambos, ya que los desafíos típicos y normales pueden abordarse juntos, mientras que cruzar la línea, especialmente si se hace de forma constante, debería ser una señal de alerta de que los problemas pueden ser graves. En estos casos, a la mujer le conviene reconocer que está siendo irrespetada o maltratada, o incluso abusada. En estas circunstancias, se trata menos de trabajar juntos y más de que la mujer se cuide y se sienta segura, y determine sus próximos pasos, dado que se encuentra en una relación poco saludable.
Tu pareja está “Siendo Humano” y tiene hábitos comunes si:
- tiene algunas dificultades para comunicarse
- tiene algunos valores diferentes a los tuyos en torno al dinero y sexo
- ve las cosas de manera diferente a ti simplemente porque es un hombre
- Se enoja y lo expresa de manera saludable manteniendo el foco en sí mismo.
- No está haciendo tiempo para ti y tu relación.
- se siente abrumado por el trabajo y las responsabilidades diarias
- se siente herido o resentido y habla de ello con respeto
- Ocasionalmente olvida cosas que le dices o en ocasiones no hace seguimiento.
- Quiere pasar tiempo solo e ir a su “cueva de hombres”
Algunos hombres tienen problemas mucho más graves que los hábitos y problemas comunes mencionados anteriormente y, por lo tanto, se exceden y se comportan de forma hiriente, cruel, amenazante o abusiva. También podría estar intentando ejercer poder y control sobre ti. Estos comportamientos pueden clasificarse en físicos, sexuales, emocionales o financieros.
Señales y características de que ha cruzado la línea
1. Acciones físicas como golpear, abofetear, patear, estrangular, usar un arma, tirar del cabello, restringir, no permitirle alejarse o salir de una habitación.
2. Acciones sexuales como forzarte a hacer algo sexual que no quieres hacer, usarte como objeto sexual o tocarte de manera sexual cuando no quieres que te toquen.
3. Acciones emocionales como:
- Menospreciándote diciendo que eres un perdedor o que nunca serás nada
- llamándote nombres
- Diciéndote qué sentir (o qué no sentir)
- Decirte que estás loco o inventar cosas en tu cabeza
- Culpándote por sus sentimientos de ira, sus acciones de ira o sus comportamientos compulsivos
- Manteniéndote aislado de tu familia y amigos, controlando a quién ves, con quién hablas y cuándo sales.
- Utilizando la intimidación con miradas o gestos amenazantes, golpeando mesas o paredes o destruyendo su propiedad.
- Utilizar amenazas amenazando su seguridad, amenazando con quitarle a sus hijos o amenazando con hacer acusaciones a su familia o a su hijo.
- servicios de protección sobre su comportamiento o funcionamiento mental y emocional
- Dándote el tratamiento silencioso después de un desacuerdo
- Alejarse después de solicitar ayuda o apoyo
- Dictando de qué puedes (y no puedes) hablar
- Tratándote como a un sirviente y actuando como si fuera el 'rey del castillo'
- violar su privacidad al revisar sus mensajes de voz, mensajes de texto o correo postal
- criticándote sin importar lo que hagas o cómo te vistas
- juegos de azar y consumo de drogas a pesar de haber prometido no hacerlo
- tener aventuras extramatrimoniales
- incumplir los acuerdos
- Entrar en una habitación después de haber solicitado estar solo.
3. Acciones financieras como impedirle trabajar, retenerle dinero, quitarle su dinero, obligarlo a pedir dinero o hacer cosas por dinero, tomar decisiones financieras importantes o compras importantes sin consultarlo con usted.
En resumen, personas de todos los ámbitos y edades enfrentan desafíos en sus relaciones. A menudo, estos son típicos y normales, y deben trabajarse juntos, ojalá con amabilidad, apoyo, compasión y amor. Luego, hay acciones y problemas que exceden lo típico. Es entonces cuando tu pareja ha cruzado la línea. Si reconoces las diferencias, podrás discernir si estás en una relación sana o en una que quizás sea mejor no tener, especialmente si tu pareja no asume la responsabilidad de sus problemas. Si te encuentras en una situación como esta, busca ayuda en un refugio para víctimas de violencia doméstica o con un terapeuta.
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