Cómo pasar de reacciones egocéntricas a respuestas conmovedoras en una relación

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Resumen rápido de la IA de Marriage.com
Alguien compartió recientemente estas palabras vivificantes de Richard Rohr conmigo:
“El ego consigue lo que quiere con palabras.
El alma encuentra lo que necesita en el silencio.”
Al reflexionar sobre esta cita, me impactó profundamente su mensaje. Cuando vivimos en el ego, discutimos, culpamos, avergonzamos, chismeamos, controlamos, personalizamos, comparamos, competimos y nos defendemos con nuestras palabras.
Nuestro ego nos invita a demostrar nuestro valor a través de nuestras reacciones.
Pero, cuando vivimos desde el alma, nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás de una manera muy diferente. En lugar de la naturaleza combativa del ego, este enfoque implica la opción de responder a los demás con más suavidad. En lugar de vivir según las reacciones de nuestro ego, ofrecemos a los demás nuestra empatía, escucha reflexiva, compasión, perdón, gracia, respeto y honor.
Carl Jung Argumentó que pasamos la primera mitad de nuestra vida desarrollando nuestro ego y la segunda mitad aprendiendo a desprendernos de él. Desafortunadamente, nuestro ego puede ser un verdadero obstáculo en las relaciones.
¿Cómo podrían cambiar nuestras relaciones con nuestras parejas, colegas, amigos y familiares si comenzamos el viaje sagrado de dejar ir nuestros egos?
El psicólogo John Gottman creó la teoría de Los cuatro jinetes del ApocalipsisAdopta este lenguaje del Apocalipsis del Nuevo Testamento. Si bien el Apocalipsis describe el fin de los tiempos, John Gottman usa esta metáfora para describir estilos de comunicación que pueden profetizar el fin de una pareja. Estas cuatro vías para terminar una relación incluyen la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la evasiva.
1. La primera vía: la crítica
La crítica es cuando atacamos verbalmente el carácter, los hábitos o la personalidad de nuestra pareja. Creo que es importante tener en cuenta que, al criticar a nuestra pareja, actuamos desde nuestro ego.
Un ejemplo de vivir guiado por el ego podría ser un esposo que revisa el extracto bancario familiar y se da cuenta de que su esposa se ha excedido en $400 del presupuesto quincenal. Se enfurece e inmediatamente critica a su esposa diciendo algo como: «Nunca te ajustas al presupuesto. Siempre haces esto y estoy harta de tu estilo de vida a lo Kim Kardashian».
Estas palabras de crítica Probablemente cerrará la conversación porque la esposa fue atacada con un lenguaje de "tú nunca y tú siempre".
Pero ¿cuál sería una respuesta más consciente que no esté impulsada por el ego?
“El alma encuentra lo que necesita en el silencio” – Richard Rohr
Un enfoque más consciente sería tomar algunas respiraciones profundas y reflexionar sobre Cómo puedes responder con compasión a tu pareja.
Una reacción más conmovedora podría ser: "Hoy revisé nuestros estados de cuenta y nos pasamos $400 del presupuesto. Me preocupa mucho si tendremos suficiente para la jubilación. ¿Podríamos hablar más sobre nuestros gastos y ser más conscientes de ellos?".
En esta respuesta, el esposo usa el lenguaje en primera persona y expresa sus necesidades de forma positiva. También formula una pregunta que invita al diálogo.
2. La segunda vía: el desprecio
Otro camino hacia el final de una relación romántica o platónica es el desprecio.
Cuando mostramos desprecio, solemos insultar y ver lo peor de nuestra pareja. El desprecio es una respuesta egocéntrica, ya que vemos a nuestra pareja como la pecadora y a nosotros como la santa. Nos distanciamos de los demás al describirlos como niños grandes, perfeccionistas, narcisistas, perezosos, enojados, egoístas, inútiles, olvidadizos y muchas otras etiquetas negativas.
En lugar de ver a un ser querido como una persona completa, con fortalezas y potencial, lo vemos principalmente de forma negativa. Un antídoto contra el desprecio es fomentar una cultura de afirmación y gratitud. Esta respuesta conmovedora consiste en expresar con consciencia a nuestra pareja, amigos y familiares lo que apreciamos de ellos y agradecerles cuando hacen algo útil o considerado.
Nuestras palabras de afirmación empoderarán a nuestro ser amado y a la relación.
3. La tercera vía: la actitud defensiva
Actitud defensiva es otro camino hacia el fin de las relaciones.
Muchas personas se ponen a la defensiva cuando son criticadas, pero estar a la defensiva es una respuesta del ego que nunca resuelve nada.
Ejemplo 1-
Una madre le dice a su hijo adolescente: «Otra vez llegamos tarde». Él replica: «No es mi culpa que lleguemos tarde. Es tu culpa porque no me levantaste a tiempo».
En cualquier relación, la actitud defensiva es una forma de proyectar responsabilidad al culpar a otro. La solución es aceptar nuestra responsabilidad en cada situación, incluso si solo es por esa parte del conflicto.
Ejemplo 2-
Para detener el ciclo de culpa, La mamá podría responder conscientemente: «Lo siento. Ojalá te hubiera despertado antes. Pero quizás podríamos empezar a ducharnos por la noche y asegurarnos de poner el despertador diez minutos antes por la mañana. ¿Te parece un buen plan?».
Por lo tanto, estar dispuesto a identificar nuestra parte en un problema es un medio para superar la actitud defensiva.
4. El cuarto camino: la obstrucción
La evasión es otro comportamiento problemático que puede ser un callejón sin salida para una relación. Esto ocurre cuando alguien se retrae ante un desacuerdo y deja de interactuar con su jefe, pareja o ser querido. Suele ocurrir cuando alguien se siente emocionalmente abrumado y, por lo tanto, su reacción es cerrarse y desconectarse.
Una solución al bloqueo es que una de las personas en la relación comunique su necesidad de tomar un descanso de la discusión, pero prometa volver a abordar la disputa.
Cambia tu forma de actuar, de respuestas impulsadas por el ego a respuestas más conscientes.
La crítica, el desprecio, la actitud defensiva y el bloqueo son respuestas impulsadas por el ego hacia los demás.
Richard Rohr nos recuerda que podemos vivir desde nuestro ego o desde el espacio de nuestro corazón, lo que siempre será una respuesta sabia, espiritual, consciente e intuitiva.
Experiencia personal
Me he dado cuenta de que cuando tomo una clase de yoga y practico desde mi ego, a veces me he lastimado físicamente en clase. Sin embargo, cuando escucho a mi cuerpo y soy consciente de lo que necesito ofrecerme, no me lastimo.
De la misma manera que podemos hacernos daño físicamente al vivir desde el ego, también podemos hacernos daño a nosotros mismos y a otros de manera emocional cuando vivimos desde el espacio mental reactivo que llamamos ego.
Reflexiona un momento sobre a quién has estado reaccionando desde tu ego. ¿Cómo puedes cambiar de rumbo y ser más consciente, compasivo y conmovedor en tus reacciones hacia esta persona?
Cuando vivimos con el ego, probablemente experimentemos ansiedad, depresión e ira. Pero, cuando vivimos desde el alma, encontraremos más vida, libertad y alegría.
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